21/04/2022

Consejos para gestionar las emociones

En muchas oportunidades nos encontramos en situaciones conflictivas y tenemos la percepción de que nos ganan la partida las emociones y nos quedamos sin herramientas para gestionarlas.

En muchas oportunidades nos encontramos en situaciones conflictivas y tenemos la percepción de que nos ganan la partida las emociones y nos quedamos sin herramientas para gestionarlas.

Para eso es aconsejable desarrollar algunas estrategias de la llamada “Inteligencia emocional”, dentro de la cual se incluyen las siguientes:

  1.  Reconocer las propias emociones.
  2.  Autocontrolarse para transformar esas emociones.
  3.  Generar nuestras propias motivaciones.
  4.  Reconocer las emociones de los demás y tomarlas en cuenta a través de la empatía.

 

Se trata de aptitudes personales que se adquieren con la práctica y que pueden ayudarnos a lograr el dominio de uno mismo y aumentar la autoestima.

La primera de ellas es el poder observar y reconocer cuáles son las emociones que estamos sintiendo. Ser conscientes de nuestros estados internos, intuiciones, preferencias.

Luego, una vez que hemos podido detectar cuál es la emoción que tenemos, viene una etapa en la cual intentaremos gestionarla y transformarla para que sea constructiva.

Para ello contamos con una herramienta fundamental: es el llamado “Botón de stop”. Esto es cuando estamos en un estado emocional, nuestro cerebro está interrumpiendo la posibilidad de razonar con absoluta claridad, por lo cual no es conveniente tomar decisiones. La forma de utilizar este Botón de stop es interponer, antes de dar una respuesta, alguna frase tal como: “lo voy a pensar”, “dame unos días y te contesto” o “te llamo más tarde”. De esta manera, nos damos el tiempo necesario para que la emoción ceda y podamos tomar decisiones más constructivas y convenientes, sobre todo para resguardar las buenas relaciones con el otro o la convivencia más armoniosa.

En este momento podemos practicar la llamada “Respiración en cuatro fases” para lograr relajarnos más rápidamente, como la describimos a continuación:

Cerrando los ojos y respirando por la nariz; tomar aire con suavidad y profundamente; retener el aire que es energía que nos da paz y serenidad; espirar dejando que el aire salga libremente siendo conscientes de que con él eliminamos tensión, y permanecer sin aire concentrándose en pensamientos como “me estoy relajando”.  Deberíamos destinar al menos cinco minutos a respirar de esta forma. Es muy aconsejable cuando estamos en una situación tensa o antes de ir a dormir.

Luego de este paso viene el tercero, que tiene que ver con la posibilidad de tener iniciativa y cierto optimismo a la hora de conversar para obtener lo que queremos de una situación o conducta. Esto es saber qué es lo que realmente queremos y tener confianza en que lo lograremos, si aplicamos la manera correcta de comunicarnos.

Por último, tenemos que ser capaces de reconocer también las emociones del otro u otros, y luego poder comprender desde dónde, cómo y por qué se está sintiendo de esa manera. Esto se ha llamado “Empatía”, y tiene que ver con intentar ponerse en el lugar del otro para comprender su postura, y de esta manera incluir esa necesidad junto a la mía para lograr una solución al problema que satisfaga a ambas partes.

 

Equipo de Mediadoras

Área de Mediación y Resolución de Conflictos

Defensoría del Pueblo Santa Fe (Zona Norte)