En ese lugar, el Defensor del Pueblo del Pueblo a/c, Jorge Henn, y la presidenta del Concejo Municipal, Adriana Molina, junto a los ediles Silvina Cian, Ignacio Laurenti, Saul Perman, Carlos Pereyra, Julián Martínez, y Leandro González acompañaron una performance de niñas de bailaron durante las interrupciones de semáforo organizada por la ONG, Factor Vial, presidido por Franco Romagnello.
Los mencionados concejales de la ciudad tuvieron una activa participación en la iniciativa repartiendo volantes referidos a los derechos y las obligaciones que tienen los peatones que se desplazan por la ciudad.
“Todos somos peatones”, subrayó la titular del legislativo municipal para luego compartir ante la prensa que tal condición le cabe a tiempo completo porque, reveló, “no manejo vehículos”. Ello la predispuso de inmediato, contó, “cuando hace un par de semanas, conversando con el Defensor del Pueblo, surgió la idea que le trajo una asociación civil que está trabajando en la ciudad con estos temas. Me prepuso hacer algo para que se vea, que la gente lo vea, sepa que un peatón tiene derecho de paso pero que eso no lo habilita a hacer imprudente porque también lo alcanza como a los conductores de cualquier clase de vehículos la obligación de respetar un semáforo o de usar las vías que le están autorizadas para su condición”.
Molina se mostró, satisfecha porque “se logró lo que se quería gracias a estas chicas que están bailando una colorida coreografía en el cruce cada vez que el semáforo se prende en rojo pero también por el compromiso de los concejales que están repartiendo los volantes a la gente que anda caminando y a los automovilistas que paran. Cuando los invité todos los que no tenían la agenda de la fecha comprometida de inmediato dijeron que sí y hoy están acá frente a los ciudadanos que los eligieron diciéndoles que entre todos podemos hacer un tránsito más seguro para los peatones”.
Para Henn “este acto ciudadano se trata sobre la indispensable convivencia pacífica que deben tener los protagonistas de la vida en la vía pública de la ciudad. Esta bueno vivir en una cultura de respeto. Y el respeto no es más que ponerse en el lugar del otro. Cuando en una relación se evidencia una situación de vulnerabilidad de una parte frente a la otra es importante el abordaje comprensivo. Esta claro que un auto no puede avanzar cuando está pasando caminando una persona. Pero también está claro que una persona no puede cruzar una calle cuando el semáforo se lo impide porque le está dando paso a los autos. Que cada parte asuma con responsabilidad y compromiso su derecho y su obligación al mismo tiempo no sólo nos hace más segura la calle y nos protege a todos, sino que nos evidencia como una sociedad evolucionada”.