Tanto la Defensoría del Pueblo como el ejecutivo municipal respaldaron la iniciativa social que buscó no sólo la recolección de sangre sino, simultáneamente, concientizar la ciudadanía sobre la trascendencia de regularizar tal práctica como expresión de la solidaridad comunitaria. “La sangre no se puede fabricar por eso es tan importante que los ciudadanos donen”, resaltó Henn.
La idea que movilizó a muchos actores además de la mencionada parroquia de la Merced, que puso sus instalaciones para desarrollar la actividad, tuvo el impulso de la Mutual de Club Juventud Unida, el Hospital Protomédico; entidades como la ONG Aprendiendo a Volar o la Fundación Juan Arancio, entre otras y numerosos comercios locales.
El objetivo declarado fue lograr más de 30 donantes. Esa cifra fue ampliamente superada, toda vez que casi 50 personas concurrieron a la cita y donaron sangre.