El defensor del Pueblo de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, solicitó a la Dirección Nacional de Vialidad y a la Agencia Nacional de Seguridad Vial que “adopten todas las medidas que fueran necesarias para proyectar y ejecutar la doble traza” sobre toda la ruta nacional 174, que une las ciudades de Rosario (Santa Fe) y Victoria (Entre Ríos). El defensor fundó su solicitud en el hecho de que la arteria, de “una importancia insoslayable para la conexión vial no sólo entre las ciudades que se encuentran en ambas cabeceras, sino también por su valor geoestratégico como conexión del Corredor Bioceánico en Sudamérica”, se ha convertido “en una de las más peligrosas del país con innumerables siniestros viales y víctimas fatales”.
La Defensoría del Pueblo destacó que la ruta, de 60 kilómetros, sólo cuenta con doble traza en el puente sobre el brazo principal del Río Paraná, mientras que los 47 kilómetros restantes corresponden a una carretera de un solo carril por sentido construida sobre terraplenes, existiendo además en ese tramo 12 puentes. La institución realizó un relevamiento, que puso a disposición de las autoridades competentes, que señala que “en gran parte de la traza no existen banquinas, que son obras indispensables para mejorar las condiciones de seguridad vial”.
El organismo dirigido por Lamberto también resaltó que “no se observan controles de velocidad y de adelantamiento indebido en toda la traza, ni por medios mecánicos automáticos o semiautomáticos, ni por inspectores”. También advirtió que “no existen controles respecto al cumplimiento de la prohibición de pesca y caza, esto no sólo produce efectos ambientales negativos sino que también dicho accionar provoca siniestros viales en virtud que las personas dejan sus vehículos mal estacionados al costado de la vía donde está prohibido detenerse, o rompen alambrados a los fines de adentrarse en zonas a los márgenes de la conexión para practicar la pesca y/o caza ilegal generando que animales pesados pasen por el cerco dañado y suban a la traza con riegos considerables para los conductores”.
Otro de los riesgos detectados en la ruta es que, por encontrarse ésta sobre humedales, “en determinadas épocas del año se forma sobre el área una densa niebla que disminuye significativamente la visibilidad” y en épocas de lluvias el agua “se encuentra próxima a la calzada y se forman espejos de agua sobre la misma, con el riesgo que ello implica”. Finalmente, alerta sobre “los frecuentes focos de incendios generados por el obrar negligente de las personas (en algunos casos son los que efectúan las referidas actividades de pesca y caza prohibidas) o por cuestiones naturales, siendo que el espeso humo generado invade la ruta y disminuye sensiblemente la visibilidad”.
Ante este panorama, Lamberto presentó el pedido ante la Dirección Nacional de Vialidad y la Agencia Nacional de Vialidad para “proyectar y ejecutar la doble traza sobre todo el corredor vial”. Y dado “que la ejecución de la obra requerida llevará un tiempo lógico para su realización”, el defensor santafesino recomendó “que en forma inmediata se ordenen todas las medidas de seguridad que fueran necesarias a los fines de evitarse accidentes”.
Entre ellas, sugirió la “instalación de cinemómetros fijos y móviles sobre la traza tendientes al control de la velocidad y de los adelantamientos indebidos”, el recorrido permanente de la conexión vial por parte de la autoridad de tránsito y la “ejecución de operativos de tránsito en los días y horas de mayor concentración y circulación vehicular”. Asimismo, pidió que “se contemple dentro de las obras futuras la realización de una bicisenda a los márgenes de la traza”, ya que son cada vez más los ciclistas que usan esta zona natural para el ejercicio de ese deporte.