Este 24 de marzo se cumplen 37 años del trágico día en que nuestro país ingresó en uno de los capítulos más oscuros de su historia: la última dictadura militar. Fue en 1976 cuando el pueblo argentino fue atacado y despojado de sus derechos fundamentales y el peor terror de todos, el que se ejerce desde el Estado, se instaló en la vida de los argentinos durante siete años.Persecusiones, censuras, torturas, asesinatos y desapariciones. Los métodos más cruentos fueron utilizados para perpetuar en el poder una Junta Militar que carecía tanto de legalidad como de legitimidad. El terror y la fuerza desplazaron a la Constitución Nacional y las instituciones de la República fueron clausuradas.Nunca dejamos de soñar una vida mejor para nosotros y nuestros seres queridos. Y no fue fácil, pero luego de muchos padecimientos en 1983 logramos entre todos recuperar la democracia. Sin embargo, aún hoy estamos cicatrizando las heridas.En este contexto nació la Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe, una institución eminentemente de la democracia. Desde su creación, con el correr de los años, la figura del Defensor del Pueblo fue adquiriendo una nueva trascendencia.Llegué a la Defensoría del Pueblo de Santa Fe en 2009, luego de 20 años de haber ejercido como juez de la ciudad de Rosario. Al jurar como magistrado por Dios, la Patria y los Santos Evangelios, me comprometí a respetar y hacer respetar la Constitución Nacional, y durante las dos décadas ejercí el cargo sin apartarme de nuestra Carta Magna. Ahora, en la Defensoría del Pueblo, mi deber es conducir un organismo que no sólo debe controlar el accionar de las dependencias públicas, sino también y, fundamentalmente, promocionar y resguardar los derechos humanos que la sociedad argentina pudo reconquistar en 1983. Éstos pueden ser resumidos en la libertad, ya que como decía Alberdi: "La democracia es la libertad constituida en gobierno, pues el verdadero gobierno no es más ni menos que la libertad organizada".Sin democracia no existe la Defensoría del Pueblo.Quiero, aprovechando la conmemoración de esta fecha, pedirle a todos los santafesinos un momento de reflexión, para que tomemos conciencia de la obligación de cuidar lo reconquistado, y convoco a todos los sectores de la sociedad a un permanente esfuerzo por mejorar la convivencia democrática. Ésa será la única manera de garantizar que el terror no avasalle nuevamente nuestra Constitución. Porque, en palabras de Mariano Moreno: "El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal". Ése es mi deseo y el de todos los que integramos la Defensoría del Pueblo.