Las Defensoras adjuntas a/c, Liliana Loyola y LilianaMeotto, insisten en la necesidad de que el nosocomio restituya un servicio quesigue teniendo una enorme demanda en el centro norte provincial. Recomiendan alMinisterio de Salud la institucionalización formal del Comité de MaltratoInfantil del Hospital de Niños “Dr. Orlando Alassia”, en el convencimiento deque la atención de niños abusados sexualmente, golpeados, drogados o quemadosno se puede realizar de manera individual sino desde un abordaje integral.La solicitud,contenida en la resolución Nº 38, incluye las previsiones presupuestarias yadministrativas para la conformación de una Unidad especial en la materia, conla provisión de cargos, disciplinas y horas de servicios necesarias para constituirla estructura funcional adecuada para brindar las respuestas demandadas.En octubrede 2008 los integrantes del comité, médicos/as, psicólogos/as y asistentessociales, decidieron renunciar a éste ante la falta de respuesta al pedido deconstituirlo como unidad específica y el deterioro de las condiciones detrabajo derivada de la demanda creciente, ya que éstos cumplían esas tareas enforma simultánea a sus obligaciones ordinarias como profesionales de planta delhospital.En sus 9 años detrabajo el Comité asistió a miles de niños y sus familias y acumuló unainvalorable experiencia que ha permitido consolidar una mirada inclusiva yabarcadora sobre el fenómeno de todas las formas de violencia con las quefrecuentemente se victimiza a menores. En este aspecto sehan basado Loyola y Meotto para pedir a Capiello que dado que el comité noexistía jurídicamente se subsane ello mediante su creación sobre la base de unaexperiencia que, avalada por todos los actores relacionados con la materia tal la Sociedad Argentinade Pediatría, el Centro de Asistencia a la Victima y colegios profesionales, excede la meraatención asistencial pediátrica cuya calidad no está puesta en tela de juicio.La petición deque se constituya una Unidad especial en la materia no es infundada, sostienenlas Defensoras, sino que por el contrario constituiría la estructuraadministrativa adecuada para brindar respuestas a una demanda social creciente.No se puede confundir con lo que se está pidiendo, dicen las Defensoras, parareferir a la necesidad de afrontar casos de violencia y abusos sexuales demenores desde lo terapéutico y simultáneamente con una atención y seguimientosmultidisciplinarios que extiendan el tratamiento físico a los psicológico y ala contención familiar pero que posibiliten la intervención de autoridadesadministrativas y judiciales competentes en estos casos. Laelocuencia de las estadísticas inquieta. En 2000 se atendieron 102 casos. Hastael mes de noviembre de 2008, se asistieron a 2336 menores víctimas de algúntipo de violencia, lo que demuestra el crecimiento exponencial del fenómeno. La labordesarrollada desde el año 1999 por el Comité de Maltrato Infantil permitiógenerar conciencia social sobre la necesidad de denunciar los casos. La violencia familiar y el abuso sexual sonhechos sociales que muchas veces, por vergüenza, prejuicio o intimidación,quedan ocultos en la intimidad de las familias o en el fuero íntimo de losmenores, o directamente no se exteriorizan.El hecho deque exista un referente institucional abierto a la comunidad y conformado porprofesionales idóneos permite vehiculizar las denuncias individuales, lo que asu vez posibilita el abordaje multidisciplinario y contención de niños y niñassufrientes; y así finalmente ayudarlos a superar situaciones altamentetraumáticas, sostienen Loyola y Meotto.