03/10/2016

El Defensor del Pueblo visitó al Arzobispo de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina

Monseñor José María Arancedo, recibió hoy en su despacho de la sede arzobispal de la capital santafesina, al doctor Raúl Lamberto, quien en la ocasión estuvo acompañado por su adjunto para la zona norte, doctor Luciano Leiva.

Aunque se trató de una entrevista protocolar, en la que el flamante ombudsman provincial presentó sus saludos al jefe de la Iglesia Católica santafesina y argentina, (en el marco de una serie de visitas y entrevistas de presentación que tiene agendadas) estuvo animada por una muy cálida charla en la que el prelado elogió la designación de Lamberto: "Fue una opción moral", opinó en cuanto a la selección de su nombre para el cargo. 

Lamberto le aseguró a Arancedo que "más allá de su pertenencia ideológico partidaria de origen, cree fervientemente en el rol de organismos de control y está dispuesto a cumplir a carta cabal con los compromisos que le requiere la función" que le fuera encomendada y éste se congratuló porque -dijo- "la Defensoría es un organismo del Estado no del gobierno y debe cumplir un rol con contención social muy importante oyendo a nuestros hermanos más vulnerados en sus derechos" a la par que puso a disposición del organismo toda la colaboración que la Iglesia santafesina pudiere aportar.

La Defensoría y la Iglesia vienen trabajando juntas en Santa Fe en varias actividades. Cáritas integra la red de organizaciones sociales que articula la Defensoría llamada Feria de Organziaciones Sociales (FOS) y hoy ese mutuo de entendimiento y colaboración fue ratificado tanto por Lamberto como por Arancedo. 

"La política debe servir para unir, siempre para unir, teniendo como objetivo trabajar en beneficio de quienes más lo necesitan sino pierde su sentido profundo" dijo el arzobispo y coincidieron en el ello tanto Lamberto como Leiva.

El buen humor acompañó la charla que se extendió por casi una hora con anécdotas que se sucedieron de uno a otro de los participantes. 

Un mate fue el presente que el Defensor del Pueblo llevó al Arzobispo.